Salimos desde Santiago el 17 de Abril, nuestra primera parada fue Totoralillo, una playa que parece caribe hasta que tocas el agua, te congelas y te acuerdas que estás en Chile.
En la Serena fuimos donde la familia Lavín Izquierdo, los primeros -de muchos- que nos han acompañado en esta travesía. Fuimos recibidos con unas deliciosas pizzas preparadas por toda la familia. (Muchas gracias!)
Seguimos costeando rumbo al norte, entre playas, personajes y pescados -en Pan de Azúcar tuvimos seis para el almuerzo-.
Y después seguimos hasta la frontera con Bolivia donde nos esperaban dos amigos, Francisco y Natalia, que viven en Colchane, un pueblito altiplánico vecino de termas naturales, pueblos abandonados, aymaras, flamencos, vicuñas, alpacos y llamos (en masculino, porque es un pueblo machista).
Para llegar a Colchane se debe pasar a 4500 msnm.....Grande Bonga!!! Fuiste lento, pero seguro.
De Arica saltamos a nuestro primer destino internacional, Tacna. Seguimos la carretera por la costa del mar, donde viven chacreros con sus ovejas y plantaciones de ají que, después de cosechados, alfombran las orillas del camino. El sol de la tarde aquí es impresionantemente anaranjado. Después de una noche en Ilo -un puerto tipo San Antonio, donde fuimos recibidos por una cariñosa pareja de chefs, quienes nos atendieron como reyes- decidimos decir adiós a las playas y nos fuimos para Arequipa, pasando por un pueblo al borde de un río donde hasta las bermas de la calle estaban sembradas, Cocachacra. Y así, llegamos a la segunda ciudad mas importante del Perú, Arequipa.
En Arequipa, además del clásico tour por el monasterio de Santa Catalina y otras antiguedades, fuimos a unas peleas de gallos. Era en las afueras, algo así como Pirque o Buin, y se hacían en una especie de coliseo -más chico, obviamente-. El restorán donde comimos ese día tenía vista a las plantaciones y un menú típico, con música en vivo de fondo. Al parecer, nunca habían recibido turistas porque nos mandaron saludos y se despidieron de nosotros por micrófono.
En Juliaca -un pueblo entre Arequipa y Cusco- parece que tampoco son comunes los turistas porque la gente del pollo a las brasas -acá les dicen pollerías y hay miles- nos sacaban fotos a nosotros dos y a nuestros amigos irlandeses que compartieron esta ruta a bordo de Bongalette.
Y ahora estamos en Cusco. Y nos hemos dado cuenta que no existen los grandes cambios. Cuando vas por tierra, las diferencias en los paisajes, los modos, el clima o las comidas son casi imperceptibles entre un día y otro. Entre un kilómetro y otro. Esa sensación de forastero al bajarse de un avión -que puede gustarte o no- ya no existe. Y aunque no conozcas a nadie o veas sólo cosas nuevas, llegas a dormir a tu casa. Eso es viajar en bongalette: es pasear sin sentirte lejos, es apropiarte de cada espacio. Es convertir cada lugar en tu hogar.
Buena ElChagoylaAnita que rico el viaje, que ganas de acompañarlos.
ResponderEliminarSigan escribiendo y subiendo fotos.
Ale y Tatum
Anita y Santiago,
ResponderEliminarMe llegué a emocionar con este primer reporte. Sigan gozando porque estan haciendo algo inolvidable!!!!!
Les mandamos un abrazo y los extrañaremos este 12 de Mayo!!!!
Alejandro y Elisa
Ana y Santi, les había escrito las medias palabras...y se me borró todo..aún sigo sin entender nada de este mundo tecnológico!!! en fin...les quería decir que estoy completamente emocionada con esta bitácora de su viaje!! Me emocioné anits!!
ResponderEliminarUn beso grande y sigan disfrutando a concho!!!!
Anita y Santiago esta buenisimo el blog!!! que bueno que esto exista para poder saber paso a paso comov a su viaje! y asi tenerles cada vez mas envidia jajaja
ResponderEliminarSe nota que lo han pasado malito, sigan asi!
Un beso enorme!!!
PD: las fotos estan buenisimas!!