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miércoles, 12 de septiembre de 2012

USA y Brasil: Buzios - Praia da Pipa

Estados Unidos: NYC - Acadia National Park

Ya el vuelo a Nueva York anunciaba lo que estaba por venir: abundancia. Después de lo ratas que habíamos sido, la comida de avión nos pareció un banquete y más todavía la cantidad ilimitada de apple cranberry juice que nos tomamos.
Ya llegando nos demoramos un par de horas en encontrarnos con la familia, hasta que nos juntamos todo en el Moma. Rico verlos.
Recorrimos la ciudad en bicicleta, fuimos al circo, al teatro, al parque, muesos  y a numerosos restoranes con hamburguesas gigantes y atendidos por hispanoparlantes.
Times Square,NYC
Gracia Izquierdo en el metro de NYC
Los duros años 30

Musico callejero NY style

Washington Square, NYC

La dura hay uno de estos mismos en Stgo!??

No todo es cemento en NY

Central Park en bicicleta

Desde lo alto del Rockefeller

NYC desde las alturas

Hasta nos topamos con famosillos

NYC


Puente de Brooklyn

De ahí fuimos para Acadia, casi hasta la frontera con Canadá. Un lugar bien verde y con un lago inmaculado, donde comimos unas sandías y melones en la orilla, antes del piquero en area prohibida para el baño. También los varones fueron a un bikepark. Pura aventura.
Y de nuevo a la ciudad, esta vez a Boston a codearnos con los cabezones del MIT y de Harvard (aunque el edificio de arquitectura de harvard tenía goteras, ja). Boston nos pareció bastante elegante, a la europea, sobre todo el barrio beacon con sus lumbreras a gas o el mercado Quincy donde desgustamos todo tipo de comidas, árabe, india, japonesa, tai y... ¿cómo no? hamburguesas gigantes. También visitamos un acuario, también gigante,  -precioso- y un museo de ciencias interactivo (tipo mim pero a escala gringa). Aquí recibimos a Max que nos acompañó  el resto del viaje, convirtiéndose en el guía.
Antes de ir a nuestro último destino en los Estados Unidos nos fuimos de farra en Boston. Para no ser menos, el carrete terminó con limusina incluida.

Boston Aquarium


Beacon Hill, Boston

Y a la mañana siguiente partimos a la tierra de Max: Newport. Es como el Zapallar de Nueva York, donde veranea la gente con platita. Pero a escala USA, lo que se traduce en Bill Gates y compañía. La avenida principal está compuesta básicamente por mansiones que ni el propio dueño conoce por completo y que terminan los carretes de fin de semana con fuegos artificiales.
Fuimos a conocer las playas, el pueblo. Todo precioso, limpio, ordenado, casi perfecto. Asistimos -o casi- a un cóctel en el club de yates, aunque nos sacaron -copa de champaña en mano- por no haber sido invitados. También nos denegaron la entrada a una fiesta pagada en la playa y seguimos buscando motivos al rechazo. Todos fuimos a dar un paseo en bote  y algunos fuimos a navegar en el catamarán de Max (aunque terminamos siendo tirados por un dingui porque no tuvimos suerte con el viento).
Max también nos invitó a su casa a una parrillada tipo chilena, a cocinar una langosta y también a una hamburguesada a lo gringo. Sentimos mucho que a los vecinos de Max les haya molestado nuestra presencia, pero da igual, Max ya no vive ahí.
Y, bueno, nos separamos de la familia con pena, pero al menos seguiríamos de viajando, de Rio al norte. Suerte a ustedes en el colegio, la universidad y el trabajo.

Navegando en Newport


Maxillo, gracias por todo!!


Brasil: Buzios RJ - Praia da Pipa RN

De vuelta en Brasil fuimos a Buzios por una semana, conociendo las bondades de sus diferentes playas, sobre todo las olas de Geribá, buenas para el surf (lástima que nosotros los surfistas no lo seamos tanto) y las transparencias de praia brava donde pudimos nadar en compañía de las tortugas marinas.
Buzios es bonito, aunque el exceso de turistas -sobre todo Argentinos- es ennloquecedor. Es tanto así que hay un restorán con una vista preciosa a un puerto y sus barquitos de todos colores... pero al acercarse a los barquitos te das cuenta que son falsos, sólo para echar pinta. Es como mucho. Y cobran estacionamiento en todas partes, lo que obviamente nos cayó mal.
Escapando de los estacionamientos pagados nos fuimos a cabro frío, al asilo de ancianos de un amigo que conocimos acá. Ahí entre enfermeros y naftalina dejamos botado al Bonga nuevamente. Esta vez, invitados para ir a Chile al matrimonio de Kike y la Pili y aprovechar de estar con los Urrutia, ya les tocaba ya. Nos esperaban con el refrigerador y la despensa con todos nuestros productos favoritos y un par de eventos sociales.


Atardecer en Buzios, el resto de las fotos de Buzios estan en la entrada anterior.

De vuelta a Brasil nos esperaba un rico plato de despedida en el asilo (todo molido, pero estaba bueno)y nos fuimos a Arraial de Ajuda donde nos topamos con Niko, un local que vive ahí en la plaza en una casa rodante, al lado de donde nosotros pusimos la nuestra. Al día siguiente fuimos a volar en parapente -Niko era instructor de parapente y nos invitó por la buena onda- y conocimos a unos vecinos de ahí de la plaza que nos invitaron a un asado dominguero de larga duración de donde salimos hasta con una flauta hecha en pvc de regalo. Aquí disfrutamos de día de playa y descansamos de tanto andar.

Con el Nico revisando como estaba el viento para volar

Nico: A gente vai olhar si o cara se machuca, si nao a gente vai...beleza?
Yo: Beleza


Santiago y el Nico volando entre Arraial de Ajuda y Trancoso

Santiago y el Nico prontos para el aterrizaje

Asi se ve la playa desde el aire, Arraial de Ajuda


Asado donde el Milton, en la foto: Vecina, Maria do Socorro (mas conocida como Help), Milton y yo.

Y faltando dos días para vencer la visa del bonga en Brasil fuimos a Porto Seguro a renovarla. Bongalette cumplía 90 días en el país tropical y fuimos a celebrarlo en Itacaré. Ahí encontramos una playa para surfear que tenía un lugar con pasto para echar las toallas, una piscina de skate, música reggae y gente andando a caballo. De todo en una sola playa chiquitita, Tiririca. También fuimos a Prainha, una playa preciosa, solitaria y rodeada de coqueros. Para ir hay que caminar entre el mato por unos caminitos, atravesando rios y cascadas, muy bonito.
También nos gustó mucho la comida de allá; las empanadas de plátano, las cocadas de cacao y la farofa de plátano. Y nos hicimos un par de amigos, entre ellos un par de falsos estacionadores que pasaban el día afuera de un estacionamiento gratuito cobrando, por si alguno caía. Compartimos nuestras cosas con ellos y hicimos así un almuerzo improvisado en la playa.

Um pescador de paz y amor
Itacaré

Atardecer en Itacaré

Praia da Tiguiririca, Itacaré


El Ciclón
Itacaré


Lanzando redes en Itacaré

Y ya nos recomendaron tanto ir a comer moqueca a Camamú, fuimos para Camamú y entramos corriendo al mercado a probar tal delicia de la que tanto nos habían hablado. Y el veredicto final es: niun brillo. Desilusionados, recorrimos el pueblo y nos encontramos con unos monos urbanos y un pueblo desordenado, muy barato y con poquísimas personas blancas. Tambien ahí visitamos un astillero donde construian desde las gigantescas skunas hasta pequeñas canoas de tronco, todo en madera, realmente era como estar en el otra epoca.

Electromono, Camamú

Astillero en Camamu, lancha del futuro

Atardecer en Camamú


De Camamú tomamos una lancha rápida para conocer Barra Grande -un pueblo relajado con calles de arena- y Taipú de Fora. Aquí hay piscinas naturales para bucear que se forman cuando la marea baja y queda agua atrapada entre la orilla y unos arrecifes de coral con forma de medialuna. Pudimos ver pescaditos de todos colores. Muy bonito. Pero a la vuelta la lancha rápida falló y quedamos parados en medio del mar. Por suerte llegaron a socorrernos y a solucionar el problema de nuestra embarcación: falta de bencina.

Taipú de Fora


Taipu de Fora

Al llegar a Camamú de vuelta pescamos el auto y nos fuimos a Torrinhas, para tomar otro barco para conocer Boipeba. La idea era llegar a Torrinhas y partir al tiro, pero estando en el puerto se nos perdieron las llaves... típico cuando no encuentras las llaves, pero las tenías casi que en la mano. Bueno, y en ese percance se nos fue el barco. Y encontramos las llaves cinco minutos después.
Pero valió la pena. Las playas de Boipeba fueron sólo para nosotros -éramos los únicos- y en el pueblo estaba el Mahatma Ghandi (su doble o su reencarnación) tejiendo redes. Boipeba es una isla igual a Morro de Sao Paulo sólo que sin los turistas. Tiene calles chicas y el auto es reemplazado por burritos con un canasto de mimbre a cada lado. Acá también hay piscinas naturales, aunque más grandes y transparentes que en Taipú de Fora. Pero vimos menos pescaditos. Y, una vez más, los ojos azules de Santiago elevaron el precio de lo que compramos: 50 centavos la naranja para Santiago, sólo 25 para la Ana.

Rolls Roys de Boipeba


Camino a Boipeba

Salvador de Bahía está medio peligroso asi es que entramos bien temprano para ir por el día. Cruzamos en ferry y nos topamos con un brasuca que vivió en Chile cuatro años tocando música con un tal Maluco en la televisión ¿Habrá sido famoso? Creemos que no. Almorzamos el famoso acarajé que tanto nos habían recomendado (ni habíamos desayunado para aprovechar la salida a comer) pero lamentablemente todo el acarajé -salvo dos mordiscos- terminaron en el basurero. Era algo así como un berlín frito hecho de poroto molido y relleno con pastas de sabores indescriptibles y poco apetitosas. Igual las casitas de colores, las iglesias y las calles empedradas nos ayudaron a olvidar ese trago amargo

Pelourinho, Salvador de Bahia

Ira post estafa, Acaraje en Salvador de Bahia

A la tarde nos fuimos a Praia Do Forte, a unos 50 km. Era un balneario chic, con paseos peatonales llenos de tiendas, cafés y restoranes, tipo Alonso de Córdova. Pero el gran atractivo son las tortugas de mar que llegan a desovar a la playa, y el Proyecto Tamar que se encarga de cuidar los nidos y que tiene un zoologico donde se encuentran las diferentes especies de tortugas, algunos pescados del sector y lo mas impresionante una exposicion de animales que viven a mas de 1500 metros de profundidad frente a las costas de praia do forte. Aca conocimos a una familia de argentinos que salieron hace un año a darle la vuelta a Sudamerica: aventuras, desventuras y como no, muchos datos. Ahora ya van de vuelta a su tierra en Villa la Angostura. Comimos tambien unas esquisitas tapiocas y vimos como se obtiene la farinha da mandioca.

Familia, Praia do Forte 

Praia do Forte

De Praia do Forte nos fuimos hacia Praia do Frances, en el estado de Alagoas, para lo cual dejamos atras el gigante estado da Bahia y en un rato atravesamos el pequeño estado de Sergipe, donde paramos solamente debido a un como todo lo que puedas con carne a la espada por 10 reales, el cual nos retuvo un par de horas antes de poder llegar a nuestro destino, aunque pudimos ver el estilo camionero al comer: una torre de arroz, fideos, porotos, saladas y esto coronado por fruta, todo en el mismo plato (peso aprox: 4kilos). En Praia do frances Santiago surfio en la mañana pero desistio de volver a intentarlo en la tarde ya que una infructuosa operacion de rescate termino con un surfista desaparecido.


Debido a tan malas noticias pusimos rumbo a Maragoggi rapidamente, donde caimos en una casa del Milton (Arraial de Ajuda) la cual esta arrendada como restaurante, los arrendatarios Reyes y Mara nos trataron muy bien e incluso nos dajaron hacer pizzas en sus hornos industriales. Maragoggi se dice ser el caribe brasilero, sus playas de color turquesa parecen confirmarlo, y fue aqui donde conocimos al Maru quien salio junto a Santiago a bucear en su "barco" un atado de pedazos de plumavit con unas tablas amarradas ensima, todo esto dirigido con un coligue de unos 5 mts, que cuando dejamos de topar se convirtio en un pesimo remo. Pero a pesar de eso logramos llegar ( y lo mas importante, volver) a un arrecife mar adentro, donde segun Maru era el unico lugar que podria estar con agua clara (ya que en esta epoca el agua esta turbia en todo brasil), desafortunadamente estaba sucia pero igual logramos sacar un par de pescados con los arpones para comer en la noche.

De Maragoggi nos salimos del estado de Alagoas para entrar en el estado de Pernambuco, ahi paramos en Porto de Galhinas donde estuvimos con un uruguayo y un argentino que viajaban en un bus desde Bs Aires, ahora estaban botados ya que quebraron la caja de cambios pero ya estaba en Recife siendo reparada. Tambien aqui conocimos a Nacho un chileno que vivia acá hace varios años, nos recibieron en su casa con los brazos abiertos y salimos a comer acais, el Nacho habia arrancado Chile en el gobierno militar, la causa: Dias antes del golpe tendria unos 17 años y estaban jugando a la pelota, se armo una pelea entre los dos equipos y el le pego a uno que resulto ser un importante carabinero, despues del golpe le llegaban rumores que lo andaban buscando por lo que se subio en el primer buque y arrancó, nunca supo si los rumores eran ciertos pero ya habia hecho su vida en Brasil.

Varias horas mas al norte llegamos a Praia da Pipa, donde por primera vez en el viaje nos quedamos en un camping: electricidad para conectar el bonga, wi fi, duchas, baños, y demases lujos que nos sedujeron. Desde aqui pudimos terminar de actualizar el blog, hasta hoy que es nuestro segundo dia en Pipa. Las fotos de Pipa quedan para la proxima actualización.

Un abrazo
Anita y Santiago

Pd: Esta debe ser la entrada mas larga de la historia

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